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Comunicado sobre el uso de pantallas y entretenimiento digital

En los últimos meses, se ha observado un aumento en la preocupación sobre el uso de pantallas y la salud mental de los jóvenes entre las familias, la comunidad educativa y algunos sectores sociales.

Debido a esto, AIS junto con otros profesionales de la salud mental infantil, juvenil y adulta, expertos en addicciones comportamentales, hemos publicado un manifiesto sobre nuestro posicionamiento delante de esta problématica:

  1. El aumento de problemas relacionados con la salud mental de niños y jóvenes se ha generado por diversas causas, y por lo tanto, su conceptualización es compleja y va más allá del efecto perjudicial atribuido a las pantallas.
  2. Es necesario reflexionar sobre la sobredigitalización de la sociedad en general. El uso excesivo de pantallas no es exclusivo de niños y jóvenes. Los adultos, como agentes socializadores, tienen un papel clave, principalmente en el entorno familiar, y el uso que hacen de las pantallas puede tener un impacto protector o, por el contrario, suponer un factor de riesgo para los menores con quienes conviven.
  3. Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) son herramientas muy importantes para la comunicación y el aprendizaje, pero es necesario regular su uso para que no interfieran en el desarrollo del niño y del adolescente. La evidencia científica debe guiar las acciones que ayuden a reducir el posible impacto negativo de las TIC. No hay evidencias científicas que lleguen a conclusiones robustas de causalidad; es más preciso hablar de grupos de riesgo, usos de riesgo o inadecuados.
  4. No todos los contenidos accesibles desde las TIC tienen un efecto perjudicial. Los principales problemas relacionados con la salud mental están vinculados al abuso de videojuegos, el ciberacoso, la pornografía, el juego de azar, el acceso a información no adecuada a la edad y contenido inapropiado o que promueva conductas perjudiciales (conductas suicidas, trastornos de la conducta alimentaria, etc.). Es necesario buscar soluciones específicas para cada uno de ellos.
  5. En cuanto a la edad de inicio, se deben respetar las recomendaciones existentes por edad: aunque la edad no parece ser el único dato significativo al regular el uso de pantallas, es importante recordar que tanto las líneas de telefonía móvil como las aplicaciones tienen establecida una edad mínima legal. También existen otras recomendaciones importantes a seguir (no pantallas en la primera infancia, PEGI para videojuegos, edades de las películas, etc.).
  6. Es imprescindible promover un modelo de acompañamiento digital: un modelo restrictivo o prohibitivo no fomenta el aprendizaje ni genera cambios de conducta. Al centrarse en la prohibición por edades, corremos el riesgo de dejar de dar importancia a lo que realmente ha demostrado tener más impacto (entre otras cosas: modelos adecuados de consumo, habilidades digitales, recorrido de acceso a las TIC, limitación de contenidos y tiempo, actividades de ocio presencial, etc.). Para lograr un uso adecuado de las pantallas, es fundamental que la población (niños, adolescentes y adultos) disponga de habilidades digitales adecuadas. En este sentido, proponemos incluir el uso saludable de pantallas como uno de los temas en los planes docentes antes de 1º de ESO.
  7. El recorrido de acceso a los entornos digitales siempre debe ser supervisado y acompañado: el acceso a las TIC debe ser progresivo, guiado y supervisado respetando las edades recomendadas de uso y teniendo en cuenta la madurez del menor y las necesidades de cada caso.
  8. Las instituciones públicas deben garantizar la implementación de un código ético por parte de la industria tecnológica, que implique la revisión de la legislación actual. Dicho código, con fines preventivos, debe permitir impedir el uso de técnicas y estrategias susceptibles de generar problemas de salud mental y adicción. La revisión a la que se hace referencia debe incluir videojuegos, redes sociales, plataformas de comercio electrónico y el resto de aplicaciones y software con los que interactúa el usuario.
  9. También es necesario instar a las empresas de telefonía y a las empresas creadoras de contenidos a adoptar un conjunto de medidas de control, que incluyan recomendaciones por edad y limitaciones de uso con métodos de verificación eficaces, así como medidas de buenas prácticas que contribuyan a un uso saludable de estos dispositivos.
  10. Consideramos necesario que la administración se posicione con claridad respecto al uso de las TIC. La población en general y el sector educativo necesitan respuestas orientativas y políticas coherentes que protejan la salud de los niños, adolescentes y jóvenes.

Por todo lo anterior, reclamamos los siguientes puntos:

  • Que la Administración constituya un grupo interdisciplinario de expertos asesores al servicio de las instituciones para dar respuesta a las necesidades de la población.
  • Que se potencie la investigación favoreciendo que las administraciones destinen una parte de los presupuestos para la investigación en este ámbito.
  • Que las administraciones públicas realicen campañas preventivas informando sobre los efectos del uso inadecuado de las TIC y promuevan un uso saludable, con especial atención a los grupos de riesgo.
  • Que se destinen recursos para la formación de habilidades y competencias digitales a disposición de las familias, docentes y otros profesionales en contacto con niños y adolescentes.

Se puede consultar el manifiesto, las entidades participantes, las entidades aderhidas y la bibliografía complementaria aqui.

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